La tradición del Paseo del Pendón tiene su más lejano origen en 1529 cuando el cabildo de la naciente ciudad de México dispuso que se celebrara una fiesta en honor de San Hipólito en su día 13 de agosto, fecha en que sucumbió Tenochtitlan a manos de Hernán Cortés y del nacimiento de la capital de la Nueva España. Al mismo tiempo se ordenó que la víspera de dicha celebración se sacara de la casa de cabildo el estandarte o pendón de la ciudad de México y se llevara en solemne procesión a la iglesia de San Hipólito.

En 1825, cuando Chilpancingo pertenecía a la provincia llamada México (actuales estados de Guerrero y de México), Nicolás Bravo decretó que cada año se realizara una feria decembrina en la ciudad que se anunciaría también por medio de un pendón. Desde entonces la feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo se siguen celebrando en Chilpancingo del 23 de diciembre al 7 de enero.

A partir de las 10:30 de la mañana las calles comienzan a llenarse de personas y participantes del recorrido, entre ellos varios niños con sus trajes de tigres y de tlacololeros. Las bandas de música se aproximan y empiezan a tocar su sones, unos tras otros. Por la calle que baja y une a la plaza de San Mateo con la plaza central de Chilpancingo, comienza el enorme desfile, el nombre por delante y el reconocimiento de la importancia en una manta que dice “Paseo del Pendón, tradición que nos une”. Enseguida, comienzan a sonar los cohetes y después algunos personajes comienzan a andar a caballo, mismos que portan los estandartes del Pendón y del Ayuntamiento.

La multitud de figuras coloridas y divertidas avanza por el circuito de las calles principales, recorriendo la ciudad por algunas horas hasta llegar a la Plaza de Toros, donde termina el evento con el tradicional Porrazo del Tigre.

Recopilación literaria: Claritza Gómez Vélez

Fotografías: Amauri Pacheco