En Guerrero uno de nuestros sellos gastronómicos es el pozole, logrando ser reconocido como uno de los mejores preparados en sus diferentes versiones que tiene el país.

Lo cierto, es que en la bella capital del estado existe una variación aún más especial y única, se trata del pozole verde.

 

 

Compuesto de la pasta con la que se elabora el mole verde, creada de semillas molidas de calabaza, este pozole se crea de la mezcla de esta pasta, agregando tomate y chile verde; todo esto previamente licuado y frito para generar la mezcla, se agrega a el pozole blanco y toma la consistencia espesa haciendo su sabor aún mejor.

 

 

Los tan populares jueves de pozole, se distinguen por ofrecer en pozolerias y para comer en casa, el pozole blanco comúnmente conocido, y también esta versión lista para degustar, acompañada de las botanas que se sirven, tales como tostadas, chalupitas, carne frita y manitas de puerco, zanahoria, aguacate, sus sin iguales chiles “capones” y aguacate.

 

 

Como extra y para disfrutar más este platillo, no debe faltar la copita de mezcal natural o de damiana, haciendo que el pozole sepa aún mejor acompañado de esta prodigiosa bebida.